Imagen de Valparaiso Acuarela 70 x 50 cms |
Y en eso, una vez más la memoria vino en mi ayuda, cuando recordé lo que alguna vez leí en un escrito que provenía nada menos que de Shakespeare, que en respuesta a un requerimiento aventuró esta frase: "Contemplar espectáculos tristes conmueve más que oírlos narrar, pues el ojo interpreta para el oído", y eso me quedó sonando hasta ahora, porque encierra mucha verdad. Lo que no entiendo es que si el genial bardo inglés pensaba así, en verdad, no se puso a pintar de inmediato, en vez de atribular a sus conciudadanos de orillas del Támesis con sus "narraciones". Gracias a Dios que no lo hizo, porque talvés así habríamos tenido un muy mal pintor en vez de un genio perdido. Pero bromas aparte, tratemos de volver a lo nuestro.
Fiesta en la Tirana - acuarela 70 x 50 cms |
Hay aquellos que oyen hablar lo que su ojo ve y aquellos otros que no lo hacen. Que ven lo que ven y que oyen lo que oyen y lo separan, cuando en verdad todo está unido en una visión-pasión común, que le abre la puerta a cualquier expresividad. Quiero dar un ejemplo.
Imagine un árbol esmirriado y seco, inclinado dolorasamente hacia adelante, casi sin hojas, solo en una planicie vasta como el horizonte que se escapa, proyectando una sombra opaca en un atardecer sin sol. Vean su sombra inmovil y el follaje escaso del árbol que la mira. Hay una comunión muda entre ambos, en la quietud de esa tarde. El árbol le dice a su sombra que tenga paciencia, que el tiempo eterno nunca se acabará. Se miran ambos, un largo rato, mudos. Luego la sombra, inquieta, quiere responder con un movimiento de su copa proyectada, un movimiento como de cordial asentimiento, pero no lo hace. No puede. No se uede mover. Ambos están unidos por su inmovilidad, y de pronto llega el silencio. Viene desde el horizonte que se escapa y se instala entre ambos. Un silencio largo. Ahí. El árbol y su sombra .. Siempre .. Siempre, sin ruido alguno. Solo con la languidez del horizonte que se proyecta sobre ellos.
El color que impera es el gris. Gris y morado, el Horizonte. Gris la sombra. Sepia y ocre el follaje. Sin ruido alguno. Siempre. Hasta la eternidad...
Vida en el Conventillo - acuarela 70 x 50 cms |
Es lo que quiero decir. No se si lo conseguí.
Un artista tiene siempre múltiples vías de expresión. El público a veces tiende a encasillarlo, porque supone que es "bueno para esto". No te conocía en dramaturgia, tus acuarelas me encantaron y cómo las describes aún más.
ResponderBorrarGracias a Gabriel Bunster por incluirte en su lista de esta semana.